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BUEN PROVECHO. SOY MONTSERRAT

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¿Parece ser que los fogones te inspiran?

Pues así es. Inspiran, llevan mucho trabajo, me gustan y te diría que siempre me han gustado. Para mí cocinar es una sensación profunda y vocacional. Es algo tremendamente enriquecedor y ver la satisfacción de los que se sientan en tu mesa motiva y estimula en cada comida.

 

Como pasa a menudo empezaste de pequeña en casa...

Sí. Ya de muy pequeña ayudaba a mi madre en la cocina. Me movía entre cazuelas, oliendo y probando todo lo que podía. Me mandaba al mercado con mis tres hermanas pequeñas "de paquete" con la lista para cada puesto. Allí todos me conocían. ¡Era como comprar y llevar un rebaño!. La comida de los domingos y las comidas más festivas eran una buena oportunidad para cocinar con ese toque festivo que supone compartir con todos en la mesa. A pesar de las dificultades había mucha alegría. Eso me ha quedado y  fué mi base formativa sin saberlo. Todavía conservo la última cocina de mi madre (una Fagor de las auténticas que funciona de maravilla) con seis fuegos y horno porque en casa llegamos a ser nueve en la mesa. Cada día.

¿Cómo evolucionas hacia la alimentación consciente?

Pues siempre hay circunstancias personales que junto a situaciones de amigos y de mi entorno familiar te conducen a la idea de que comer bien es básico para gozar de buena salud.

También descubro que la mayoría de las personas no sabe cómo llevar su día a día con lo de alimentarse mejor. Seguimos etiquetas, modas y dietas sin saber si son beneficiosas. O no. Dedicamos esfuerzos y a menudo no llegan los resultados. Sólo el desánimo y el "lo dejo para otro día". Tal vez haya éxito temporal, pero poco más.

Una alimentación sana y natural es un cambio permanente, algo que incorporas a tu vida y llega para quedarse. Cuando empiezas a comer bien ya no lo dejas porque te encuentras mejor. Eso todo el mundo lo siente y lo entiende.

¿Cómo llegas a trabajar en esto?

A menudo decimos que las épocas de crisis son el momento de las oportunidades. Pues esto que suena tan bien como sacado de un libro de autoayuda, en mi caso fué así.

Pienso que todas las personas tenemos alguna virtud o habilidad especial que nos define y nos hace felices en lo que hacemos. Cuando te detienes, piensas reflexionas y te escuchas... ¡TE ENCUENTRAS! Esto me pasó a mí hace unos años. Me preguntaba: ¿qué quieres? ¿Qué te hace sentir bien? ¿Qué te ayuda a ser feliz en los momentos tristes?

La respuesta era siempre la misma. Me sentía bien ayudando a los demás, cocinando para los demás. En aquellos momentos los "otros" eran las amistades y la familia. Debía convertir en profesional lo que ya era una satisfacción personal.

Así fué como tomé la determinación de poner mi experiencia y conocimientos al servicio de Ios demás. En otras palabras, iniciar mi proyecto personal y profesional que es Cuinant Salut.

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